sábado, 10 de diciembre de 2011

CREANDO OTRO ESPACIO DE ENCUENTRO EN FAMILIA
“GRUPO DE FAMILIAS Y ALLEGADOS”
 Rosa María Reyes Rodrígo y Belén Arambilet Merino (Psicólogas)

Introducción para el Blog (por Leonel Dozza)

Para mi es un placer y un honor publicar este artículo en el blog y les agradezco a Rosa y Belén (así como a la Revista Intersubjetivo) el haberlo permitido y facilitado. Me parece que puede ser un artículo muy útil para todos aquellos profesionales que de una forma u otra trabajan con familias.
Por otra parte, el texto ilustra de una forma muy clara como es posible aplicar los fundamentos de la Clínica de lo Cotidiano en una situación grupal y en un contexto institucional. El resultado es una metodología de coordinación grupal altamente sugerente, innovadora y potente, con resultados realmente sorprendentes en muchos aspectos... una metología que, salvando las diferencias de los encuadres, sin lugar a duda puede enriquecer el saber del AT en lo que respecta a su quehacer en el contexto familiar. Espero que lo disfruteis.


CREANDO OTRO ESPACIO DE ENCUENTRO EN FAMILIA
“GRUPO DE FAMILIAS Y ALLEGADOS”
                     Rosa María Reyes Rodrígo y Belén Arambilet Merino (Psicólogas)

Nombre y tipo de publicación: Revista Intersubjetivo de Psicoterapia Psicoanalitica y Salud (volumen 11 nº1. Monográfcio "LA FAMILIA-I"), Pp. 45-57 Publicación de: QUIPÚ-Instituto de Formación en Psicoterapia Psicoanalítica y Salud Mental. Lugar de publicación: Madrid-España. Fecha de publicación: Junio 2011.ISBN:848868327-8. Redacción, Administración y Suscripciones: C/ Principe de Vergara, 35 28001- Madrid. TEL. 915776039. Email: quipu@grupoquipu.com. Distribución a librerias y grandes pedidos:Biblioteca Nueva. Madrid. TEL: 91310043

Desde dos recursos de Rehabilitación Psicosocial,  el  Centro de Día y el Equipo de Apoyo Social Comunitario de Parla  que se dedican a la atención de personas con Enfermedad Mental Grave y Crónica,  pretendemos transmitir una experiencia con una fórmula nueva con la que hemos estado funcionando con familias desde Enero del 2009.
Ambos recursos son gestionados por la  Fundación Manantial y concertados con la Conserjería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid.
En este artículo reflejamos el motivo que nos impulso a crear el Grupo de Familias y Allegados, un resumen del proyecto y su evolución, efectos y dificultades.

Introducción:
Este grupo es un espacio de encuentro en que familias y allegados tengan la oportunidad de encontrarse como tal, es decir al margen del rol de cuidador o enfermo.
También se tiene en cuenta a los Allegados como potenciales invitados, puesto que en algunos casos ellos desempeñan la función de familiar o pueden ser de mayor relevancia en ese momento para el usuario.
La creación de dicho grupo esta muy influido por  varios modelos:
El Modelo de Acompañamiento Terapéutico donde se rescata el trabajo desde lo cotidiano, la acción interpretativa como una de las principales herramientas y el vínculo como punto de partida.
El Modelo de Grupo Operativo,  desde donde se recoge la importancia de que el grupo se apropie de la tarea, siendo el coordinador el que vela por el encuadre y el cuidado del espacio, pero manteniéndose en lo posible en el mínimo de protagonismo.
Y,  el Modelo Multifamiliar de Badaracco, de donde recogemos la idea de invitar al grupo a familiares y usuarios, de forma libre (puesto que no se impone la asistencia obligatoria) e independiente (puede acudir el usuario sin su familiar y viceversa), pues esto permitirá a los participantes observar a otros que no tienen porque ser sus propios familiares y podrá facilitar cierta toma de conciencia de aspectos que tendrían más dificultad de observar en sí mismos. La diferencia es que en este grupo, se trabaja más desde el acto terapéutico, la Acción interpretativa,  que desde el señalamiento verbal. Y dadas las características de los invitados facilita una menor resistencia a que participen.
Para terminar hablaremos de los efectos que hemos observado en la evolución del grupo, respecto a la comunicación del grupo, formas de vinculación, rescatar aspectos de identidad tanto de familiares como de usuarios, así como otros aspectos relevantes como el papel de la figura masculina etc.
Destacar por último la importancia de rescatar la parte sana e identidad fuera del rol de familiar de/ o persona con enfermedad mental y la importancia del grupo como tercero en: la contención, la apropiación de la tarea, la disminución de la simbiosis, la devolución de otro espejo diferente que disminuya los perjuicios sobre la enfermedad mental y la devolución de la Rehabilitación Psicosocial como un proceso posible y el comenzar a salir del aislamiento que invade a dichas familias.
Motivo/Origen:
Al margen de la intervención  con la familia  que requiere nuestro trabajo en el proceso de rehabilitación, nos habíamos planteado hacer algo más, aunque todavía no encontrábamos una fórmula que realmente nos convenciera con dichas familias, con su momento y el nuestro, hasta que una madre nos la ofreció generosa y claramente. Lo recogimos en un relato que se denominó la Super-madre:
 La clave nos la dio una salida que realizamos con los usuarios a la que acudió una madre. Pudimos ver en vivo y en directo el potencial que tenía un trabajo desde un modelo de Acompañamiento Terapéutico, donde lo cotidiano proporciona el escenario perfecto para intervenir, con menor resistencia por parte de los participantes, desde los actos terapéuticos, la Acción interpretativa (como principal herramienta), la especularización y grandes dosis de humor. Para no alargar esta exposición, nos limitamos a  resumirlo:
En una excursión gastronómica de usuarios, acudió una madre (motivo: estrategia de vinculación con un usuario nuevo y que colaboró a organizar dicha excursión dado que era en su localidad) y resultó que exigió más intervención por nuestra parte ella sola que todo el grupo de usuarios (Del orden de ocho). Tenía tanto interés en ayudar, organizar, planificar y opinar por todos ellos (en sus palabras por “esta gente”) que ni siquiera se había planteado que pudieran tener su propio criterio en algo, desde lo más básico: elegir lo que querían  para comer, si estaban saciados o no (procurando que repitieran constantemente) hasta entrar en la crítica de temas delicados como el tratamiento y sus efectos, etc. Esto sin contar con la manera de dirigirse a los profesionales de la feria gastronómica.
Durante esta comida tuvimos que estar interviniendo en todo momento devolviendo al usuario la palabra, la opinión y su papel en la organización de la jornada, así como de posibles salidas futuras, de forma que a lo largo de la comida y con una buena dosis de humor esta madre pudo ver algo más que la patología en las personas con las que estaba comiendo y reconocer de motu  propio parte de su comportamiento.
Nosotros vimos claramente como se podía trasladar mucho de nuestra forma de entender el proceso de rehabilitación psicosocial con usuarios (desde el  Acompañamiento Terapéutico),  al trabajo con familias.
Dada la gravedad de las patologías que atendemos en nuestros recursos, supone en la mayoría de los casos familias (con alta carga emocional expresada) donde la relación ha quedado estancada en la carga emocional, los déficits, los conflictos y el aislamiento y donde se dan pocos momentos en los que encontrarse simplemente como personas que comparten una relación más allá de la enfermedad, además del aislamiento que sufren en general también los familiares.
Con todo ello, decidimos realizar el Proyecto de Grupo de Familias y Allegados como una forma alternativa o incluso complementaria a los otros tipos de trabajo con familias.

El PROYECTO:
Se crea un espacio de encuentro en que familias y allegados tengan la oportunidad de encontrarse como tal, y con otros que comparten su situación. Es decir, que aunque los usuarios son personas con enfermedad mental, el motivo de convocatoria no es el de encontrarse enfermos con familiares y allegados, sino familias y allegados como tal.
De hecho el Encuadre del grupo marca que no es un espacio para hablar de la enfermedad ni los problemas que ésta pueda conllevar, para ello se les remite a otros espacios de los que pueden disponer (tutorías, entrevistas; otras intervenciones llevadas a cabo en distintos recursos de la red, etc.).
Aquí se les convoca para tener la oportunidad para relacionarse desde otro lugar que no implica la enfermedad.
Los objetivos de dicho grupo son, principalmente:

-       Favorecer un clima emocional de empatía, de expresión, especularización y contención. En donde se favorezca el proceso de rehabilitación, potenciando las capacidades de cada uno y favoreciendo una relación vincular desde la parte sana de cada uno. Lo que en consecuencia puede influir de una forma positiva en una mayor regulación emocional y cognitiva y de ahí en sus habilidades sociales en general, así como en la resolución de conflictos en particular.
-       Introducción de un tercero (el grupo), que disminuya las características propias de simbiosis que suelen darse en estos casos.
-       Fomentar ampliación de espacios individuales (es decir espacios personales al margen de su rol de cuidador), rescatando y reforzando los comentarios que se realizan encaminados a este objetivo. Disminuir su posible aislamiento. Favoreciendo el encuentro con otras personas que están pasando por situaciones similares, así como la apertura a otras actividades o temas de conversación sobre la familia y el usuario desde una óptica que potencie la parte sana.
-       Facilitar un espacio, especialmente para las familias que puedan tener, cierta resistencia a la participación en un espacio tipo Grupo de familia, grupo multifamiliar, O para familias que por otras razones propias o ajenas no acceden en este momento a ninguno de estos grupos. Facilitar también este espacio a allegados.
-       Disminuir los prejuicios y la desesperanza (respecto a la Enfermedad Mental, el proceso de rehabilitación) que se puedan dar en los participantes y en consecuencia en los ausentes con los cuales estos tengan relación.

El resumen de la metodología:
Encuadre:
- La invitación es abierta a todas las familias y allegados de Centro de Día y Equipo de Apoyo. No obstante, se valora el momento más adecuado para la incorporación tanto para el usuario como para el grupo.
La invitación primero se plantea al usuario, no se invita a ningún familiar sin su aprobación.
-       La invitación es a un café, donde poder compartir un rato con su familiar o allegado como tal. Así se les explica a los posibles integrantes del grupo, el motivo de convocatoria matizando claramente que no es un grupo para hablar de la enfermedad y problemas derivados, sino la oportunidad de encontrarse como familiares o allegados al margen de la enfermedad, oportunidad que en muchos casos apenas  tienen, dadas las circunstancias.
-       Es un espacio abierto también respecto a frecuencia y asistencia. Aunque se motivará y fomentará la asistencia regular desde los beneficios que el grupo pueda aportar a  cada uno y viceversa.
-       El horario es  quincenal de una hora. Jueves de 16.15 a 17.15. Se invitará a un café en el Centro de día, donde tanto invitados como profesionales se encargan de organizar la sobremesa.
-       Los profesionales son los dos psicólogos (uno del Centro de Día y otro del Equipo de Apoyo) y un profesional más de cada equipo, aunque esta abierto a todos los profesionales de los dos equipos.
-       Se fomentará por parte de los profesionales un clima protagonizado por la contención, empatía y  especularización, donde familiares, allegados y usuarios puedan encontrar un clima emocional adecuado para poder expresarse con libertad,  ejercitar su capacidad y función de especularizar desde la contemplación del otro y de uno mismo.
-       Crear un lugar donde se puedan recuperar experiencias satisfactorias, exitosas de la actuación en familia o con allegados, que pueda reforzar a estos y de paso transmitir la confianza en el cambio y en la parte sana de cada uno
-       Énfasis en el aprendizaje desde lo vivencial, desde el propio grupo.
-       Siempre y cuando haya una aportación destacable por parte del grupo, se rescatará por parte de los profesionales al final del café y se fomentará la puesta en práctica si es el caso, por ejemplo: actividades, ideas, experiencias en el proceso de rehabilitación etc..
-       Antes  (10 minutos) se reúne el equipo para poner en común las cuestiones que se consideren más relevantes a tener en cuenta para el grupo de ese día (participantes, incorporaciones, ausencias, incidentes significativos)  y después de cada espacio se realiza un post grupo (30 minutos) donde se reúne el equipo para poner en común  y poder reflexionar sobre los emergentes: cuestiones significativas que hayan surgido en el grupo, dificultades, novedades, clima emocional predominante, cuestiones contratransferenciales, etc., y, en su caso, planteamiento de  estrategias.
-       Dos veces al año, se realiza una evaluación de la evolución del grupo, de nuestra función en él, una revisión del encuadre y demás cuestiones que surjan,  que favorezcan la evolución del grupo, tanto de cara al propio grupo de usuarios como a la actuación de los profesionales.

En resumen, podríamos decir que entre las  principales herramientas en este grupo están  actos terapéuticos como la Acción Interpretativa  más que la señalización verbal. Los profesionales con su actitud refuerzan una forma de  hacer y relacionarse que fomenta la autonomía y devuelve un espejo diferente al que están acostumbrados a mirar y mirarse estas familias y que además les hace ver el proceso de rehabilitación como algo que puede ser efectivo, además de disminuir perjuicios tanto de familiares, allegados como de los propios usuarios.
Evolución del Grupo:
En un principio la propuesta fue bien recibida por parte de los usuarios, no sin cierta preocupación de lo que pueda salir…. en el grupo,  especialmente en el caso de usuarios del Centro de Día, puesto que familias y allegados van a su terreno.
Según  se acerca el primer día del Espacio se observa una inquietud creciente en algunos de los usuarios que  resulta especialmente llamativa en las horas previas. (Usuarios que relatan tener dificultades para dormir que pueden asociar a la inminente presencia de su familiar,  roces por cuestiones mínimas de convivencia, somatizaciones). Claramente, la entrada de los familiares y allegados al dispositivo disparaba ansiedades de tipo persecutorio.

Los primeros días implicaron más intervención por parte de los profesionales, tanto comunicar el encuadre como  cuidar el espacio al respecto.
Una de las tareas fundamentales de los profesionales en el Espacio, es precisamente esta, garantizar que se trata de un “lugar seguro”, donde se vela por el respeto de la intimidad y, donde por descontado se intervendrá ante cualquier tipo de agresión o descalificación.   Y esta tarea era especialmente necesaria en los primeros momentos, en los que el espacio parecía estar siendo sometido a prueba, y los profesionales éramos conscientes de estar bajo la atenta mirada de los usuarios.
¿Qué tipo de intervención puede darse? A título de ejemplo, en el primer día del espacio una familiar insistía en describirnos el estado de deterioro al que había llegado su familiar enferma desde hacía muchos años, en distintos momentos de su vida. Las devoluciones que se le hicieron fueron del tipo “Ah, pero eso era antes…¿verdad?” o “creo que me estás hablando de algo que ocurría hace mucho”, o “da gusto como se la ve ahora”.
Otra herramienta la constituyó  la distribución espacial estratégica de los profesionales dentro del grupo. Sobre todo en estos momentos previos era importante estar muy presentes y estratégicamente distribuidos. También había determinadas distribuciones de los participantes que podían dificultar que se creara el clima de confianza donde se pudiese hablar con libertad y respeto.
(Nos ocurrió en alguna ocasión que cuando íbamos a sentarnos,  los participantes se habían dispuesto de tal manera que no era posible ese reparto estratégico, por lo que para siguientes ocasiones, se nos ocurrió dejar previamente algún  objeto o prenda nuestro sobre algunos de los asientos. De esta forma era más probable que ese asiento quedara libre de cara a tener más posibilidades de elegir lugares estratégicos)
Otra estrategia que utilizábamos era emplear cualquier excusa para sentarnos donde consideráramos que fuera conveniente.
Al  principio las conversaciones giraban en subgrupos y tratando de captar a toda costa la atención de los profesionales, había menos interés por la conversación que pudiera tener otro invitado. Esta situación planteó también la necesidad de buscar diferentes estrategias, tipo devolver el tema al grupo, en lugar de quedarse atrapado en una conversación exclusivamente dual, así como que otro profesional intervenga para “rescatar”  al que está siendo acaparado, entre otras.
Las familias tendían a sentarse juntas y normalmente los hombres (familiares, allegados y usuarios) eran poco presentes tanto en número como en hacerse “presentes” en el grupo, pues la voz cantante la tomaban las mujeres, anulándoles en más de una ocasión de manera evidente. Motivo por el cual tuvimos que intervenir de forma reiterada devolviéndoles la palabra y mostrando interés por sus aportaciones.
A medida que se iba haciendo grupo y evolucionaba, esta situación fue cambiando:
Aunque aumentó gradualmente el número de usuarios (llegando incluso a duplicarse), las conversaciones eran más de grupo, ya no se demandaba la atención del profesional con tanto ahínco mostrando interés real por la conversación del resto de los invitados.
El grupo se hizo con la consigna (la naturaleza del encuadre) quedando fuera de lugar comentarios específicos sobre la enfermedad. Muchos descubrieron que podían ser participes en conversiones sobre diferentes  temas cuando creían que no iban a tener de que hablar.
Los hombres fueron ganando terreno y presencia real, siendo a estas alturas igual en número y protagonismo.
Se observan cambios en el vínculo con familiares durante los grupos, menos crítica, más empatía, más cercanía.
Además hemos podido observar, como la intervención terapéutica iba haciendo mella en aspectos de autonomía, por ejemplo a la hora de organizar, tomar la palabra, hacer, relacionarse con los otros, devolviendo un espejo a veces muy diferente del que tienen en casa.
Esto se refleja también en que muchas veces hay invitados que no saben quien es el enfermo y quien no, con las consecuencias positivas que esto tiene sobre los prejuicios en este tema.
También queremos destacar el humor como forma de facilitar el clima y mantener el encuadre.
Es importante también como las familias no sólo reconocen salir así un poco de su aislamiento, que en muchos casos es considerable, sino que se ven en un papel distinto al de cuidador, pues descubren que muchas veces no hace falta ejercer este papel o bien cuando hace falta, otros se encargan de  dicha labor (no solo los profesionales, sino también los usuarios entre sí muchas veces). Es decir no sólo están como familiar, sino también como persona, que parece que en muchos casos esto se había olvidado, especialmente en visitas a sus familiares o amigos, lo cual aumenta  el aislamiento.
Algo destacable también es ver como los invitados, de motu propio,  hacen presentes a través de fotografías a otros familiares que por  circunstancias no pueden estar.
En casi todos los grupos alguien trae un postre para compartir, también de motu propio.

Y por supuesto aunque estamos contentos con los resultados también ha habido dificultades, momentos de parar, reencuadrar y buscar nuevas estrategias:
Por ejemplo:
- Tuvimos un conflicto porque un día al final del grupo quedo una familia sola, lo que facilitó la pérdida momentánea del encuadre, al hacer un familiar un comentario íntimo de una dificultad del usuario, siendo la consecuencia la reacción amenazante del usuario.
-Usuarios que ponían más énfasis en la merienda que en el grupo,  tomaban el café y se iban.
- Invitados con un afán de protagonismo que prácticamente inmovilizaban al profesional que cayera en su radio.
- Nosotros mismos que hubo un momento en que comenzábamos a convertirnos en “madres patológicas” poniendo ya la mesa por todos.

Pero como todo, de ahí se sacaron nuevas estrategias:
- La importancia de parar y hacer una reflexión en equipo sobre lo ocurrido, lo que nos llevo a recordar el encuadre tanto a nosotros mismos como a los usuarios, lo que facilitó que salieran cuestiones como:
Límites claros ante rupturas del encuadre de forma importante, como falta de respeto, agresiones verbales, amenazas etc.
Las sanciones serán del tipo de no acudir al espacio tanto se trate de un usuario como de un familiar en un periodo de tiempo que permita valorar que puede respetar el encuadre. Es importante subrayar que la sanción es a título individual no como grupo familiar.
Al retomar el encuadre con los usuarios se hizo manifiesto que en el caso de las personas que se marchaban del espacio nada más consumir el café,  se trataba más de su temor a no tener de que hablar y este hecho favoreció que comprobasen  que sí tenían temas de conversación en los que participar, facilitándoles  permanecer la duración completa del espacio.
En el caso de los profesionales retomamos el encuadre en temas como poner la mesa entre todos y estar atentos a prevenir repetir actuaciones del estilo “madres patológicas”.
Y eso sí, cambiamos el espacio de un día a la semana a quincenal debido al agotamiento que nos genera.
También se plantean rotaciones de profesionales de los equipos tanto por este motivo como por tener nuevas aportaciones al grupo, siempre y cuando se haga manteniendo una continuidad.

efectos más destacables del espacio:
Espacio que posibilita la relación con otros. Comentábamos antes que inicialmente hubo algunos temores respecto a la creación de este espacio. Pero pasado este primer momento, la participación ha sido elevada. Esa alta motivación de los participantes,  habla de la necesidad y el deseo de establecer relación con otros. La enfermedad condena al paciente y a su entorno, a una situación de aislamiento, no solo por la sintomatología propia del trastorno, sino por la progresiva destrucción de la red de relaciones sociales. A esta situación de aislamiento social aludía la madre de uno de los usuarios  “poco a poco te vas quedando solo, por un lado la gente no quiere líos, por otro tu mismo lo vas evitando…”.  Esta situación de aislamiento social, es casi más acusada en el caso de los familiares de los pacientes. La mayoría de los usuarios llevan años en recursos de rehabilitación, con todo lo que ello conlleva de contacto con otros, participación en grupos de actividades, salidas,  etc. Mientras que sus familiares han ido viendo reducido su círculo social y  en algunos casos el aislamiento es casi total.
El Espacio supone la posibilidad de estar con otros de intercambiar, compartir. Y esta situación social se produce en un contexto donde hay una serie de garantías (encuadre claro en el que se explicita que no se va a hablar de la enfermedad y que se va a priorizar el clima de respeto, presencia de profesionales, etc.).
Por otra parte, es importante comprobar, que uno no está solo con lo que le ocurre, sino que hay más gente viviendo situaciones parecidas.
Si bien el espacio tiene lugar en un recurso de rehabilitación, se recrea una situación social cotidiana, un grupo de gente se reúne a compartir compañía y café. Aunque hay mucho más en juego, esta “sola” escena de normalidad y cotidianidad representa en muchos casos una auténtica conquista y es en si misma reparadora.
En este sentido, conviene subrayar que algunas de las familias que acudían al espacio presentaban un alto nivel de conflictividad,  sorprende que en el Espacio hayan podido estar juntos e incluso de manera distendida. Como hemos comentado en el inicio del artículo, en la descripción del proyecto, el  papel de tercero que juega  el grupo (usuarios y  profesionales)  permite que puedan relacionarse de manera menos confusa y simbiótica.

Los profesionales, además de explicitar en el encuadre que no es un espacio para hablar de la enfermedad ni los problemas que esta pueda conllevar (esto se atenderá en otros espacios de los que pueden disponer) van a intervenir cuando sea necesario para garantizar un clima de cuidado y respeto. El evitar los ataques y las descalificaciones es una forma de cuidar no  solo a aquellos hacia los que se dirigen, sino que implica también cuidado del que lo realiza al estar previniendo así el monto de culpa inevitable tras la agresión.
Establecimiento de relaciones desde la parte sana de cada uno.
Las condiciones en que se desarrolla el Espacio: contención, respeto, cuidado, el freno que constituye la presencia de un tercero, el poder observar otras formas de relacionarse, disponer otros espejos donde contemplarse, el uso de la acción interpretativa por los profesionales, etc. y el hecho de que el grupo familiar pueda encontrarse y permanecer allí de otra manera, posibilita el desarrollo de formas de relación menos patológicas y estereotipadas. Se trataría del desarrollo del vínculo partiendo de las partes más sanas de la persona.
Siguiendo el modelo del Grupo Multifamiliar de Badaracco,  al espacio pueden acudir tanto usuarios con o sin familiares o allegados, como familiares de forma individual (siempre que el usuario haya autorizado su inclusión en el espacio). Estas distintas opciones permiten el establecimiento de relaciones con una mayor distancia emocional, habiendo mayor posibilidad de escucha y de expresión. Así un padre o una madre podrán hablar y escuchar  con más facilidad a un hijo que no es el propio.  La distancia emocional, la disminución de la resistencia, la multiplicidad de espejos, etc.,  aumentan las oportunidades de establecer otras formas de relacionarse con el otro.
La introducción del grupo como tercero, posibilita la ruptura de la simbiosis propia de los vínculos en este tipo de familias: Este tercero actúa a modo de colchón, ejerce un efecto que permite amortiguar la intensidad de la carga emocional, salir de la asfixiante relación simbiótica, abre espacios, aparece el otro, los otros, y el propio familiar o allegado puede ser visto de otra manera.

Cambio de roles:
Queremos subrayar en este punto la importancia de los cambios en los roles, destacando:
-       Además de lo comentado anteriormente sobre el efecto que implica que el familiar puede desligarse de su función de “cuidador”.
-       Cambio del rol de usuario al rol de  cuidador, cambio que además puede ser observado por sus familiares y el resto de grupo, con todo lo que esto implica.
-       Rotación en el papel de líder

Recuperación e integración de otros aspectos de la persona. En el espacio los participantes empiezan a acudir como padre, madre, mujer, marido, hermano, hermana, hijo, hija de……. Pero ahí se descubre que también tienen un nombre, es decir empiezan a moverse en el espacio como individuos con nombre propio. Aparecen otros aspectos de la persona que no solo tienen que ver con la enfermedad o con  el parentesco con una persona enferma. Su lugar de origen, gustos, deseos, recetas preferidas, su equipo de fútbol, recomendaciones de libros, películas, van contando retazos de su historia, algunos comparten la tierra de origen. Este proceso no es fácil. Inicialmente predomina la relación de rivalidad (sobre todo por parte de los familiares) que buscan la atención del profesional. Pero poco a poco van descubriendo que ahí hay otros con los que también pueden compartir y empiezan a escuchar y sentirse escuchados.

Llega un momento en que se borra quien es el usuario quien es el familiar. Son individuos que están compartiendo algo. Para el que llega nuevo no esta claro quien es el usuario y quien el familiar. Esas etiquetas (enfermo, familiar de enfermo) que comprimen al individuo,  quedan difuminadas, ahí hay un grupo de hombres hablando de fútbol o  de mujeres hablando de recetas o un grupo de gente joven riendo. No es que se niegue la enfermedad es que resulta que hay más cosas en la vida a parte de estar enfermo o tener un familiar enfermo y poder compartir esas otras cosas con otras personas constituye algo sumamente placentero. (Como dijo una mujer ¿por cierto era familiar o usuaria? Que había llegado al espacio con mala cara y quejándose de dolores por todo el cuerpo y que al marcharse mostraba unas mejillas encendidas “es como si me hubiera tomado unas copitas”. Aclaremos que en el espacio no hay alcohol, pero el efecto puede ser euforizante).
El grupo se hace con la consigna, en términos de grupo operativo, se apropia de la tarea, de que el motivo de estar juntos no es la enfermedad mental y de manera muy evidente el grupo deja “fuera de lugar” cualquier ruptura de esta consigna.

En el camino de dar lugar a la función paterna: primer peldaño:
Evolución del papel de las figuras masculinas en el espacio. Uno de los cambios más llamativos se ha evidenciado en el papel jugado por las figuras masculinas en el Espacio, tanto por su nivel de presencia como por el cambio en su manera de estar. En los primeros momentos del espacio la mayoría de los hombres que acudían,  padres, esposos desempeñaban un  papel absolutamente secundario, Sus mujeres ocupaban un lugar hegemónico y ellos apenas aparecían como sombras junto a ellas. Esto empezó a cambiar,  por un lado, por la intervención de los profesionales devolviéndoles la palabra, mostrando interés por sus aportaciones, etc,  por los propios efectos de la dinámica grupal (el establecimiento de vínculos, el irse conociendo y cogiendo confianza) y por el ejercicio de un rol más activo. En ocasiones el cambio se veía favorecido por algún hecho fortuito que permitía aparecer de otro modo en el espacio. Así por ejemplo, un hombre, padre de un usuario, que había acudido sistemáticamente al espacio durante varios meses, permaneciendo siempre en silencio y con mirada ausente junto a su mujer. Parecía que su cuerpo era lo único que estaba presente en el espacio. Un día coincidiendo con una enfermedad de la mujer acudió sólo y descubrimos que podía hablar. Ese día se mostró animado y participativo. Y nos dio pistas, era forofo de un equipo de fútbol, aportó ideas creativas que podrían realizarse en alguna actividad del centro  Las siguientes veces acudió de manera más participativa, además nos había brindado cabos de los que tirar: “Estarás contento con la victoria de este domingo ¿no?” aparecía un tema en el que su mujer no entraba, que era sólo de él y que podía compartir con otros miembros del grupo. Esto le permitía tener otro lugar aparte del de silencioso y sumiso acompañante. Podía tener un lugar propio y activo en el espacio. El cambio en la forma de estar fue sorprendente.
Función de contención de grupo. El espacio constituye un lugar de contención. Se favorece la creación de un clima donde es posible expresarse libremente y compartir con otros. Esta función de contención se hace especialmente llamativa en determinadas situaciones. Un hombre que vivía con su padre de edad muy avanzada y que no había acudido nunca al espacio, no tenía más red social que el padre y un hermano que vivía en otra localidad y que cuando podía les visitaba. Su padre enfermó gravemente y tuvo que ser ingresado, lo que despertó en él una fuerte ansiedad ante el temor de quedar solo. A raíz del ingreso, comenzó a acudir al espacio todos los jueves antes de la visita a su padre en el hospital.  Una familia que asistía al espacio con regularidad, sufrió el ingreso hospitalario casi simultáneo de tres de sus miembros, la madre de familia que pasaba el día en el hospital con sus familiares, no dejó de acudir los jueves al espacio pues para ella suponía un descanso de su función de cuidadora.
Podemos citar otros casos, como el de una mujer que acudió en el aniversario de la muerte de su marido, cuando previamente había avisado de que no acudiría por este motivo; la cuñada de una usuaria acudió teniendo a su madre muy grave ingresada en el hospital, etc.
Desarrollo de la autonomía del grupo
Comentábamos como inicialmente los participantes del grupo buscaban la atención exclusiva de los profesionales y como paulatinamente, las cosas habían ido cambiando a medida que se iban constituyendo como grupo. La dinámica grupal presenta cierta autonomía. El grupo que ya rueda, actúa como “anfitrión” facilitando la integración de nuevos participantes, transmitiendo el encuadre,  la filosofía y modos del espacio.
Por tanto, el grupo ha ido haciendo suya la tarea, no necesitando tanto de la intervención de los profesionales. La demanda de atención hacia los miembros del equipo ha disminuido notablemente.
En la valoración final (realizada al finalizar la segunda temporada del espacio) lo que más devuelven los usuarios es el hecho de que pueden acudir voluntariamente, libremente, que nadie les obliga. Curiosamente las familias que más asiduamente han acudido al espacio son los que más valoran la voluntariedad en el hecho de venir.
Algunos participantes acuden a todas las reuniones de los jueves. La valoración del espacio queda reflejada no solo por el nivel de asistencia, sino también en como se presentan. Llama la atención como va aumentando el cuidado de su imagen, su actitud más positiva, dando cabida al humor, buscando compartir temas más lúdicos, cotidianos, distendidos, pudiendo hablar no solo desde el sufrimiento sino desde el placer.

Queremos destacar la labor de nuestro director Leonel Dozza de Mendoza Y por supuesto incluir a nuestros compañeros de equipo que han participado en el Espacio de Familias y Allegados tanto con su presencia directa como con sus aportaciones, ideas y acompañamiento en general: Raúl Carmona, Inmaculada Casillas, Cristina Gómez, Vanesa Lebrón,  Ricardo Peinado, Simón Sancho.

Bibliografía:
BUZZAQUI ECHEVARRIETA, Adrián. (2001) En el campo grupal: grupo, tarea y coordinación. AREA 3. Cuadernos de temas grupales e institucionales. Nº 8.
DOZZA, L. (1992) Acompañamiento Terapéutico: consideraciones históricas, ideológicas y prácticas. AREA 3- Cuadernos de Temas Grupales e Institucionales, 3”, 29-40, Madrid, Asociación para el Estudio de Temas Grupales, Psicosociales e Institucionales.
GARCIA BADARACCO, Jorge E. (1990) Comunidad Terapéutcia Psicoanalítica de Estructura Multifamiliar. Tecnipublicaciones, S.A. Madrid


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